Cuando comemos o bebemos algo, el pH de la boca se altera, disminuye y tarda un tiempo en volver a la normalidad.
El ácido ataca a la superficie del diente por lo que si nos lavamos al terminar de comer, lo que vamos a hacer es repartir todo el ácido por toda la boca y encima, frotarlo con el cepillo contra los dientes.
El ácido desmineraliza y debilita la superficie del diente, lo que nos hace más propenso a caries.
Si esperamos 30min, el pH habrá vuelto a la normalidad gracias a la saliva.
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